Recuperación de la Memoria Histórica

Ante todo, tenemos que decir que el profesor Ángel del Río Sánchez comenzó su ponencia remitiéndose al mito de Antígona para describir lo que simboliza la represión franquista que experimentó la población española de la segunda mitad del siglo XX. Antígona es el título de la tragedia de Sófocles basada en el mito que lleva su propio nombre. En Antígona se enfrentan dos nociones del deber: la familiar, caracterizada por el respeto a las normas religiosas y que representa Antígona, y la civil, caracterizada por el cumplimiento de las leyes del Estado y representada por Creonte, el déspota. Este mito responde muy bien a lo sucedido durante y tras la guerra civil española (1936-1939). Porque, como ha ocurrido a lo largo de la historia, la Iglesia imperante y el Estado se unen para obligar a sus ciudadanos a cumplir forzosamente sus leyes bajo un régimen dictatorial que atenta contra la libertad de conciencia. Dicho esto, el ponente nos introdujo en lo que se conoce como el fenómeno de “memoria histórica” para desenmarañar las huellas del genocidio franquista, es decir, la terrible represión de los vencedores (el bando nacional) sobre los vencidos (el bando republicano). Destacar aquí que hoy en día está emergiendo una pluralidad de memorias que están haciendo frente a una memoria hegemónica heredada del franquismo. Se suele decir el tópico que en el horrible drama de una guerra civil en verdad no hay vencedores ni vencidos, puesto que a fin de cuentas todos pierden cuando se trata del enfrentamiento entre personas de un mismo pueblo. Bien es cierto que todas las guerras son un sin sentido. Y que, a pesar de esto, algunos historiadores han intentado legitimar el golpe de Estado que se produjo el 18 de julio de 1936 recordando la situación convulsa que vivía la sociedad española del momento cuando sucesos como los acontecidos en Casas Viejas (Cádiz) a principios de 1933 y luego un año más tarde la revolución de Asturias o insurrección obrera, que formaba parte de la huelga general revolucionaria y el movimiento armado organizado por los socialistas en toda España conocido con el nombre de Revolución de Octubre de 1934 y que sólo arraigó en Asturias, debido fundamentalmente a que allí la anarquista CNT sí que se integró en la Alianza Obrera propuesta por los socialistas de la UGT y el PSOE, a diferencia de lo sucedido en el resto de España. Pero, independientemente que la situación de la Segunda República Española no fuera estable, ¡en ninguna manera! se puede aprovechar esta causa para justificar el levantamiento del ejército español en contra del Gobierno Republicano. Porque a fin de cuentas el pueblo eligió en unas elecciones democráticas esta forma de gobierno. Pero incluso, aunque el levantamiento golpista hubiera estado legitimado por una situación extremadamente caótica, la función principal del mismo sería restablecer el orden y no instaurarse en el poder durante cuatro décadas. Es decir, la historia hubiera sido otra si el General Franco hubiera convocado elecciones generales tras la finalización de la guerra. Así que, en ningún caso, se puede aceptar los 40 años de dictadura a los que se aferró, y la represión social que, por ende, soportó desgraciadamente el pueblo español. Porque una vez acabada la guerra, el régimen franquista se ocupó de que existiera una única memoria para las víctimas de la derecha. Incluso hasta el punto de esclavizar a los vencidos para que construyeran un gran mausoleo fascista a las víctimas del bando nacional, conocido como el “valle de los caídos”. La maquinaria ideológica del franquismo se preocupó mucho en pervertir la memoria histórica. Y prácticamente hasta la historia reciente hubo una política del olvido, de no querer abrir la caja de los truenos y sacar a la luz la verdad. El golpe de Estado de 1981 paralizó el progreso de la democracia y en cierta manera cumplió así su cometido.

A la hora de hablar de las víctimas republicanas tenemos que mencionar la figura de los desaparecidos, aquellas personas sin partida de defunción. El profesor Ángel del Río Sánchez destacó la angustia vivida por aquellos familiares que nunca supieron que había ocurrido con sus seres queridos. Tal es así que puso por ejemplo la experiencia vivida por una mujer oriunda de la sierra de Huelva con la que su equipo de investigación se puso en contacto, cuando trabajaban en la memoria de los andaluces en los campos de exterminio. Cuando hablaron con ella y le preguntaron por el nombre del desaparecido, la reacción de ella fue preguntar si ya habían encontrado a su hermano. Pues, a veces las víctimas se agarran a un halo de esperanza de que sus familiares exiliados vivieron una vida mejor en América u otro lugar del mundo. Testimonios como éste nos hacen comprender la frase utilizada por un familiar de las víctimas: “Prefiero morir conociendo la verdad que vivir con la incertidumbre.”

Otro ejemplo de lo que fue la política del olvido durante la transición española, siendo Presidente del Gobierno Adolfo Suárez antes de las elecciones de 1977, su ministro de gobernación Rodolfo Martín Villa ordenó destruir los archivos del movimiento nacional de la Falange, de un gran valor historiográfico. Y salvo en pocos pueblos en los que sus funcionarios se negaron a quemar dichos documentos, se perdió un importante número de archivos.

Para concluir Ángel del Río Sánchez nos habló también de la propaganda machista por parte de algunos militares sublevados como Gonzalo Queipo de Llano y Sierra que a través de locuciones radiofónicas incitaba a la violencia de género.

Análisis y valoración

El golpe de Estado que provocó la guerra civil española fue un acto terrorista contra la soberanía del pueblo español. Por muy mal que estuviera el gobierno de la República nunca se debió llegar a la guerra. Y menos aún someter bajo una represión durísima a los vencidos. Yo defiendo la libertad de conciencia y, por tanto, no puedo apoyar la iniciativa que tomaron los militares sublevados. Tampoco comprendo el papel que desempeñó la Iglesia Católica Romana en este conflicto. Se supone que la Iglesia está en este mundo para predicar el Reino de Dios y ayudar a los más necesitados. Y, sin embargo, el catolicismo romano a lo largo de su historia se ha unido a los grandes imperios. A mi juicio, este hecho denota a todas luces que no es la verdadera Iglesia que fundó su personaje de referencia: Jesucristo. Siento hastío al tener conocimiento de la verdad aportada por este tipo de fuentes que nos informan del gran engaño y manipulación mediática al que ha estado sometido el pueblo español durante la segunda mitad del siglo XX. Porque, como ocurre siempre, al final siempre el damnificado es el pueblo. Pero la voz del pueblo tarde o temprano acaba siendo escuchada.

El Ciudadano de Odessa.

2 comentarios en “Recuperación de la Memoria Histórica

    • Supongo que he mostrado demasiado mi disconformidad con lo sucedido durante la guerra civil española. Quizá parezca que ha prevalecido más mi subjetividad por encima de la realidad histórica imparcial y objetiva. A la hora de analizar eventos históricos debe primar la rigurosidad al contar los acontecimientos. Yo he intentado ser fiel a la historia. Más allá de ser partidario de uno u otro bando. Pero está claro que al tratarse de una guerra civil todo es mucho más complicado y además las circunstancias que se vivieron en la Segunda República Española tampoco acompañaron para nada a facilitar el camino de la paz y la concordia. De ahí que haya desarrollado un artículo que, como bien dices, da la impresión de mostrar una realidad evidente: a algunos nos cuesta olvidar el pasado en lugar de centrarnos en el presente. Hay heridas abiertas que tardan en cicatrizar. Sin embargo, la historia está para aprender y no volver a cometer los mismos errores de antaño. Y a mi juicio siempre habrá dos Españas mientras no haya un verdadero espíritu de reconciliación y comprensión con nuestro pasado. Y espero que la situación del proceso independentista y soberanista de Cataluña no sea la chispa que encienda otra vez la pólvora de la confrontación entre hermanos de un mismo pueblo. Espero no haya resultado tedioso mi artículo. Porque no era en ninguna manera mi pretensión. Yo soy partidario de la libertad y el respeto mutuo, nunca del sometimiento de nadie, sea quien sea, con respecto a otros. No a la guerra, no a la violencia. Sí a la paz, sí al amor.

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