Escalera Potemkin

La «Escalera Potemkin» es una escalinata pública en la ciudad de Odessa, Ucrania. Es uno de los símbolos de la ciudad​ y conecta su casco viejo con la zona portuaria del Mar Negro. También ha sido conocida como la Escalera del Bulevar, Escalera Primorsky, Escalera Gigante​ o Escalera de Richelieu.

La Escalera alcanzó fama internacional en 1925 debido a la película del director soviético Serguéi Eisenstein, “El acorazado Potemkin”, en la cual una de las escenas más relevantes de la misma y que está considerada como obra maestra de la historia cinematográfica se desarrolla en ellas. En esa escena, los cosacos disparan contra el pueblo inocente​ para acabar con el apoyo a los rebeldes. En ese momento, una madre es alcanzada por una bala mientras corría con un coche de bebé que rodará escaleras abajo al morir la madre.

El hecho de que el autor del blog haya elegido la Escalera como portada del mismo no es simple coincidencia. Detrás de la elección se desprende la intención de expresar que para él (la Escalera Potemkin) es una alegoría de la Escalera de Jacob.  

La «Escalera de Jacob» es una estructura mencionada en la Biblia (Génesis 28,11-19) por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo. Se le apareció al patriarca Israel en un sueño, tras huir después de enfrentarse con su hermano Esaú:

11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por donde quiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!» 17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» 18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. 19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz.

El nombre de Bethel (literalmente, «Casa del Señor»), al igual que expresiones como «puerta del Cielo», aluden al Templo que se construiría en este lugar años más tarde.

«Muchas son las figuras por las cuales el Espíritu de Dios ha procurado ilustrar esta verdad y hacerla clara para las almas que desean verse libres de la carga de culpabilidad. Cuando Jacob huyó de la casa de su padre, después de haber pecado engañando a Esaú, estaba abrumado por el peso de su culpa. Se sentía solo, abandonado y separado de todo lo que le hacía preciosa la vida. El pensamiento que sobre todo oprimía su alma era el temor de que su pecado le hubiese apartado de Dios y dejado desamparado del cielo. Embargado por la tristeza, se recostó para descansar sobre la tierra desnuda. Rodeábanle las solitarias montañas y cubríale la bóveda celeste con su manto de estrellas. Habiéndose dormido, una luz extraña embargó su visión; y he aquí, de la llanura donde estaba acostado, una amplia escalera etérea parecía conducir a lo alto, hasta las mismas puertas del cielo, y los ángeles de Dios subían y descendían por ella, mientras que desde la gloria de las alturas se oía que la voz divina pronunciaba un mensaje de consuelo y esperanza. Así fué revelado a Jacob lo que satisfacía la necesidad y ansia de su alma: un Salvador.

Con gozo y gratitud vió que se le mostraba un camino por el cual él, aunque pecador, podía ser devuelto a la comunión con Dios. La mística escalera de su sueño representaba al Señor Jesús, el único medio de comunicación entre Dios y el hombre. A esta misma figura se refirió Cristo en su conversación con Natanael cuando dijo: “Veréis abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.” Al caer en pecado, el hombre se enajenó de Dios; la tierra quedó separada del cielo. A través del abismo existente entre ambos no podía haber comunicación alguna. Sin embargo, mediante el Señor Jesucristo, el mundo fué nuevamente unido al cielo. Con sus propios méritos, Cristo creó un puente sobre el abismo que el pecado había abierto, de tal manera que los hombres pueden tener ahora comunión con los ángeles ministradores. Cristo une con la Fuente del poder infinito al hombre caído, débil y desamparado. Vanos son los sueños de progreso de los hombres, vanos todos sus esfuerzos por elevar a la humanidad, si menosprecian la única fuente de esperanza y ayuda para la raza caída. “Toda buena dádiva y todo don perfecto” provienen de Dios. Fuera de El, no hay verdadera excelencia de carácter, y el único camino para ir a Dios es La más urgente necesidad del hombre Cristo, quien dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”»

El Camino a Cristo – Elena G. White

En conclusión, el objetivo principal del blog (su propósito o finalidad) por el cual ha sido creado es para que sirva como puerta del Cielo y que, gracias a sus entradas, cumpla con la bendita misión de ayudar a las personas que lo sigan a conectarse con el plano divino de la realidad y de esta manera puedan avanzar en el conocimiento que los llevará en su viaje maravilloso a la Ciudad Celestial: LA NUEVA JERUSALÉN. Tal y como dice El Espíritu de Profecía la llave maestra para abrir la puerta que nos lleva a la dimensión espiritual de nuestra existencia es cuidar la relación diaria y personal con Nuestro Señor Jesucristo.

Fdo.: El Ciudadano de Odessa.