La imagen de la bestia

Sucede que primero tiene que establecerse la «imagen» de la bestia, es decir, la unificación de Iglesia-Estado en USA y entonces se decretará la «marca» de la bestia, es decir, la secuencia de leyes dominicales en el tiempo del fin que marcará el comienzo de los eventos finales en la historia de este mundo. Pues, leyes religiosas son el resultado natural cuando la religión influye sobre la política. Ahora observamos como bajo el Gobierno de Donald Trump grandes avances respecto al levantamiento de la «imagen» de la bestia hacia el movimiento a favor del domingo se están cumpliendo. 

Así que, como una amenaza terrible a los principios que la hicieron una nación libre y próspera, al garantizar la separación de la Iglesia y el Estado, o lo que es lo mismo, una distinción clara entre el poder religioso y el civil, Donald Trump, el presidente de los EE.UU., ha dado un importante paso en esa dirección, eliminando la Enmienda Johnson. En mayo de 2017, Trump firmó oficialmente la orden ejecutiva para eliminar esta Enmienda de 1954 que es una cláusula que estipula que ninguna Iglesia pueda participar, directa o indirectamente, en campañas políticas a favor de ningún candidato a la Casa Blanca. De este modo, impide que líderes religiosos influyan sobre su congregación desde el púlpito.

El carácter de los Estados Unidos está cambiando ante nuestros ojos y su Constitución, con su buena primera enmienda, que protege la libertad religiosa, está en jaque. Puesto que ésta protegía a cada ciudadano de los Estados Unidos de Norteamérica de posibles persecuciones religiosas. El propósito de separación de Iglesia-Estado es para evitar el derramamiento de sangre que ha empapado el suelo de Europa durante siglos. Sin embargo, la posición de EE.UU al respecto está cambiando drásticamente. E incluso William H. Rehquist, Magistrado de la Corte Suprema de esa nación, dictaminó en 1985 que “el muro de separación entre la Iglesia y el Estado es una metáfora que ha probado ser inútil, basada en una incorrecta interpretación de la Historia. […] Debería franca y explícitamente ser abandonada.”

Una vez que termine este proceso de unión de la religión y la política en los EE.UU se promulgará la «marca» de la bestia, es decir, aquella ley religiosa abusiva que impedirá comprar o vender a ningún ciudadano que no se someta a su cumplimiento.

 PRIMERA ENMIENDA

“El Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades; o que coarte la libertad de expresión o de la prensa, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente, y para solicitar al gobierno la reparación de agravios.” 

Además dice el artículo VI que “Ningún examen religioso será requerido como cualidad necesaria para cualquier cargo o cometido público bajo los Estados Unidos.” De esta manera se garantizará la libertad civil y religiosa y la separación completa y perpetua de la Iglesia y el Estado. 

Es por su carácter de libertad civil y religiosa, fundamentado en su Constitución, que los Estados Unidos de América nació protestante y no católico, pues el Vaticano es en su esencia la perfecta unión entre Iglesia  (religión) y Estado (política).  Abraham Lincoln, el primer presidente del partido republicano de los Estados Unidos de Norteamérica y los protestantes forjaron una nación concebida en  libertad.  Abraham Lincoln decía las siguientes palabras hermosas y bondadosas,  casi cristianas: “Consideramos axiomáticas estas verdades, que todos los  hombres han sido creados iguales, que han sido dotados por su Creador  de ciertos derechos inalienables; entre los cuales se encuentran el derecho  a la vida, a la libertad, a la prosecución de la felicidad.”

En conclusión:

“Las provisiones constitucionales contra la intromisión de lo religioso sobre el poder civil constituyen salvaguardas únicamente mientras la inteligencia de la gente reconozca la verdad de que ningún hombre puede permitir que se apruebe alguna legislación en favor de la religión, o de las observancias religiosas en las cuales él mismo cree, sin renunciar a su propia libertad religiosa.” [La Ley Dominical Nacional; Alonzo. T. Jones]

2 comentarios en “La imagen de la bestia

    • No andas mal encaminado. La bestia es el papado que es el perfecto ejemplo de la mezcla ilícita del poder civil con lo religioso. Efectivamente, a raíz de que se declarase por diferentes intereses (político, económico y social) al cristianismo como religión oficial del imperio romano, entonces a la sucesión de los Césares como emperadores romanos les siguió la cabeza del Obispo de Roma como el máximo baluarte de la representación del poder imperial. Un principio clave de interpretación es que La Biblia se interpreta a sí misma al comparar sus textos, y en lenguaje profético una bestia simboliza siempre la unión del poder civil con el religioso. Y el papado encaja por antonomasia a la perfección con esa definición, es decir, un Estado gobernado por una Iglesia universal como la católica que durante siglos ha forzado la conciencia del pueblo. Pero la imagen de la bestia es una copia o semejanza a la bestia y, por tanto, es una forma de gobierno que, a pesar de haber surgido en sus comienzos como una defensa de los derechos y libertades civiles, con el paso del tiempo acaba pareciéndose al sistema opresor que caracterizó a Europa durante la Edad Media. Si la bestia surge del mar (lugares populosos = Viejo continente), la segunda bestia que sube de la tierra (lugar despoblado = Nuevo mundo) será aquella nación emergente que renuncie a los principios de su Constitución e imponga para sorpresa de todos un sistema idéntico al papado en Estados Unidos de América. Y eso sólo podía darse a raíz de la colonización de América y el desarrollo de ese país como la Nueva Superpotencia mundial que sustituye a las antiguas naciones europeas. Por eso, cuando el emperador Constantino decretó el Edicto de tolerancia religiosa haciendo del Cristianismo la religión oficial y luego promulgó la primera Ley dominical, al no estar los EE.UU todavía en desarrollo como una nación poderosa en el panorama mundial, no se daba cumplimiento histórico a la profecía de Apocalipsis 13. Pero, hoy día sí estamos asistiendo ante nuestros ojos al levantamiento de la nueva Roma, que es Washington D.C como capital del imperio neofascista de los EE.UU.

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